Hallábame yo sentada en la segunda fila de una concurrida aula universitaria cualquiera cuando, al mirar a mi izquierda, mis ojos se posaron en una imagen difícil de creer. Tan difícil que hube de sacar una foto para tener una prueba gráfica.
Repito: segunda fila.
Este panorama te lo puedes encontrar en cualquier momento, a cualquier hora y de cualquier forma. Y nadie, nadie, lo encontrará extraño. Así como nadie encuentra extraño que la gente se saque un bocata o un tupper en medio de clase y se ponga a comer.
Que sí, que sí. Que los alemanes están más avanzados que nosotros.